Mejora tu rendimiento intelectual. El desayuno favorece capacidades como: la memoria, la concentración y la creatividad.
Proporciona mayor rendimiento físico. Los aportes de nutrientes y energía están directamente relacionados con una buena respuesta física y con la productividad.
Mejora tu nutrición. El desayuno cubre tus necesidades de nutrientes. Si éste es completo, te aporta hidratos de carbono, vitaminas, minerales y fibras.
Ayuda a controlar tu peso. Una correcta alimentación desde la primera comida de la mañana evitará que piques entre horas, lo que influye en tu peso.
Reparto equilibrado de calorías. Un buen desayuno marca la pauta de las 4 o 5 comidas diarias, entre las que se distribuyen las calorías equilibradamente si se respetan cantidades y variedad de alimentos.
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